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La cábula

La Cebra celebra su primera década

La Cebra celebra su primera década

Karla Zanabria 

Coreógrafos como Raúl Flores Canelo, Marco Antonio Silva, Miguel Mancillas o Víctor Ruiz han externado su punto de vista sobre la homosexualidad, uno de los temas acaso más prejuiciados de todos los tiempos.

Hace apenas diez años que José Rivera puso el asunto en el centro de las discusiones estética y ética al fundar La Cebra Danza Gay, con motivo de la X Semana Cultural Lésbico Gay.
 

Desde su ingreso en 1987 al Ballet Independiente -donde ha sido primer bailarín, coreógrafo, maestro y director artístico-, José Rivera tuvo la intención de fundar una compañía ex- clusivamente para varones. Recientemente, el actual director de La Cebra declara a los cuatro vientos que su propuesta coreográfica busca, además de enaltecer la danza, eliminar estereotipos de género, asunto sobre el cual conversa con EL FINANCIERO.

-Es difícil comprenden cómo se puede derribar el estereotipo de género si a su propuesta la determina tajantemente como gay. ¿Esto no es paradójico?

-Dentro de la homosexualidad hay una gran diversidad y yo soy un punto de esa diversidad. No soy lesbiana, ni travesti, básicamente soy un hombre homosexual. Se llama danza gay porque deriva del discurso de un hombre homosexual, pero la danza gay no existe. Éste fue un concepto que inventamos para definir el trabajo que hacemos.

Sobre el concepto, el manager de La Cebra, Carlos Cli, abunda y nos explica que "lo gay" alude de manera implícita a las otras ramas de la homosexualidad (lesbianas, bisexuales, transexuales y travesti); es decir, apela a la diversidad: "La danza no tiene género -resume Cli-. La danza es danza. El rol masculino o femenino ha sido inventado socialmente. Me refiero a que en el medioevo el color rosa se asociaba a los varones y el azul era propio de las damas. Ahora es al revés. Lo importante a rescatar del trabajo artístico que hace La Cebra va en el sentido de que estamos planteando que el movimiento no tiene un género; es decir, no tiene porqué ser de un varón o de una mujer exclusivamente."

La forma de expresión de La Cebra incluso rebasa el terreno de la estética, apunta Cli, apela ya a la sociedad misma: "En toda sociedad hay prejuicios y grupos que son oprimidos. El hombre ha buscado desde siempre un pretexto para castigar a otros. Cuando un grupo adquiere el valor para romper este esquema, otros se suman. La tolerancia abre la puerta a la libertad. Así, a la liberación homosexual que plantea La Cebra se han conectado, por ejemplo, muchas mujeres sin que esto sea un movimiento feminista, lo que pasa es que el grupo homosexual abre una puerta y le propone una salida o otros."

Uno de los clichés machistas más arraigados establece que todos los bailarines son homosexuales. Una afirmación que en el seno mismo de La Cebra ha resultado falsa.

Adolfo Flores es bailarín fundador de La Cebra y no es homosexual. A continuación, su testimonio: "Conocí el trabajo de José Rivera -relata este bailarín con 20 años de experiencia- antes de que me invitara a La Cebra. No estoy en La Cebra por cuestiones militantes ni para tener un pretexto de vestirme (como mujer) sin que me vean feo, ni para jotear sin que me critiquen. Estoy aquí porque la calidad del trabajo que hace José es innegable, la cual me permite darme el lujo de decir lo que sea respaldado por el arte dancístico. La otra razón por la que formo parte de La Cebra tiene que ver con que, gracias a ese gran rigor con que se trabaja, puedo dedicarme a hacer el trabajo del intérprete, a reinventar al personaje en el escenario mismo y a pulir aspectos muy finos de mi papel."

A pesar del riguroso entrenamiento que refiere Adolfo Flores, a La Cebra se le ha echado en cara la precariedad de sus montajes, pues en las artes escénicas la multimedia pareciera ser el eje actual de los trabajos.

-No me gustan los grandes vestuarios, ni la escenografía ni nada de eso -asegura Rivera Moya-. Nosotros vamos a seguir bailando. Nada de machincuepas ni mimic. Danza pura (nutrida del ballet, técnica contemporánea y barra al piso), sin utilería ni música original. Así voy a seguir porque me gusta subir las patas, girar muy bonito con el relevé al máximo y el pasé abiertísimo. Que todos bailen parejitos. El rigor en el escenario de los cuerpos entrenados fue lo que me motivó a convertirme en profesional. Me gustaría empezar a explorar danza con lo más elemental de iluminación y sin vestuario.

De acuerdo con la primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (2005), la mitad de los homosexuales se siente rechazada por la so- ciedad. Sin embargo, la sola existencia de La Cebra demuestra que se ha alcanzado un nivel jamás visto de tolerancia hacia esta comunidad, tanto así que "el mayor logro de La Cebra es haber llegado a cumplir diez años", reflexiona Rivera Moya, quien aclara que nunca han recibido subsidios ni becas de coinversión para producción: "Llegamos exclusivamente con los medios que nos allegamos. Hacemos muchas funciones a taquilla con el teatro lleno, de ahí sale todo, y de la ayuda de mucha gente como Carlos Monsiváis o Ignacio Toscano. También tenemos el apoyo de Magnolia Flores. Ella me autorizó usar las obras de Flores Canelo sin pedir ni un cinco, gracias a ella tenemos un lugar donde ensayar, una grabadora y una oficina."

La Cebra actuará del 1 al 16 de julio en el Teatro de las Artes del Cenart. Los días jueves y viernes a las 20 horas, los sábados a las 19 horas y los domingos a las 18 horas.

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