Siempre blues
Alamos.- Callejón Zaragoza es la arteria que transita hacia el blues.
Y un reventar la emoción en la garganta de Lupita la vocalista.
Tal vez si se lo hubieran dicho no lo hubiera creído: John sexagenario nativo de los Estados Unidos dejó fluir su cuerpo en las notas y acarició con su compás el viento alamense.
El de los yunaires tal vez nunca imaginó la presencia de Erick Clapton, Janis Joplins y John Lennon en los acordes de Tashne blues banda que con su interpretación llenó el escenario aposentado en el callejón cuyo nombre invoca al general Zaragoza.
Y positiva fue la respuesta cuando Rubén el de la armónica, sugirió la compañía en el ritmo de la rola. Y el tronar de los dedos estuvo.
Enumerar el repertorio es cosa del pasado. Y citar el estribillo coreado no bastaría para transmitir la emoción.
Anglosajones y mestizos sintieron la energía en la garganta, el requinto, la batería, el bajo, la armónica: la voz toda entrando en el cuerpo en un vibrar sostenido.
Y que no sólo de ópera vive el FAOT, lo dijeron con sus pies quienes sintieron la sensualidad del blues.
Del callejón Zaragoza hacia la plaza de armas, de la plaza de armas hacia las paredes de la iglesia, de la iglesia hacia palacio Tashne en un crujir que antecedió al concierto de gala de esa noche.
Para que el pudor no se presente, para que la represión no vuelva por sus fueros, para que la libertad no pierda vigencia, una vez más la reacción del cuerpo doblegó al policía que todos llevamos dentro y la danza despreocupada levantó los brazos a propuesta del director de Tashne, Fito Lizárraga. Y bailar y bailar.
Para que el sueño no termine, parecería decir el sexagenario sajón secundado por sus compatriotas, quienes en un grito desesperado solicitaron, como pidiendo clemencia, la otra de los bluseros.
Para que el sueño no termine: no hubo crédito para la incomplacencia, en un tronar de guitarra y las notas acompañaron la voz de nuevo. Y el baile otra vez.
¿Cómo interpretar la presencia de los nacidos en el país del cuatro de julio sobre el escenario intentando hablar con los Tashneros?
El abrazo de la gringa para la vocalista, es conclusión lógica, un agradecer del talento.
Ni mestizos ni sajones olvidarán esa noche de blues sobre el callejón Zaragoza, arteria sobre la cual escrita ahora vive esa historia de rolas que se escribieron para siempre. Y Tashne interpretó para todos, con honestidad, como siempre.
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