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La cábula

Cautivas

 

Por Rocío Galicia*

Esta obra de teatro actualmente se encuentra en cartelera en el Teatro Helénico de la ciudad de México. Escrita por el dramaturgo chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda, a partir de la narración que la propia actriz Laura Zapata le hiciera del secuestro que sufrió hace 3 años. Extraña mancuerna sin duda fue la que llevaron a cabo Rascón Banda y la actriz Laura Zapata para la creación del texto.

Comienza la función y pienso, ¿por qué no percibo el estilo de Rascón? La acción no es contundente, el público está inquieto. Concluyo: “Debe ser que se dejó influir por la actriz”. Transcurren los minutos y de pronto emerge la maestría del dramaturgo en la escena de la “fiesta” que los secuestradores le hacen a sus víctimas. Un silencio sepulcral se hace en la sala, “huele a muerte”, de ahí en adelante la obra va a más y más. La máxima aspiración del teatro se cumple, el hecho de comunión o comunicación se logra. Actores y público conviven a nivel de almas. Lo que parecía una obra comercial dio un vuelco, apareció la fibra e inteligencia de un hombre al que le debemos tantas obras que han marcado la historia reciente del teatro mexicano: Víctor Hugo Rascón Banda. Simultáneamente Laura se deja tocar por su pasado, los otros actores metafóricamente se toman de las manos y juntos entran en la misma sintonía para construir ese entramado de miedo, muerte, desesperación y dolor intenso. Se suceden escenas que nos mantienen en vilo.

Todos en la sala conocimos por los medios de comunicación cómo fueron secuestradas Laura Zapata y Ernestina Sodi al salir de la función de Bernarda Alba, cómo intervino la AFI y finalmente supimos cómo fueron liberadas al entregar el rescate. Esa trama fue respetada, pero fue contada por el dramaturgo, director y actores con un compromiso tal, que lograron atrapar al público. En la narración escénica fue apareciendo información que nos involucra: se dirigían a cenar al Sanborn’s de Galerías, los secuestradores citan a quien pagará el rescate en San Ángel, en el encierro las hermanas escuchan que venden “40 naranjas por 10 pesos”, refieren que López Doriga está informando sobre el secuestro. Datos que denotan un presente y que a modo de una aspiradora nos arrojan al saco de la violencia y la inseguridad en que vivimos. Cualquiera del público está incluido en la historia, son los lugares por donde transitamos, es esta época de la que hablan, la mayoría sabemos, hemos padecido o padeceremos un secuestro.

Una coincidencia, yo vivo cerca de la casa de seguridad donde estuvieron encerradas. Al terminar la obra salgo tan impactada que decido ir a ver ese lugar, es de noche y hay 2 camionetas de la AFI custodiando la casa. Con algunos vecinos indago y me sorprendo, muchos sabían que algo raro ocurría ahí. Los habitantes tenían una casa imponente y parecía que no trabajaban. La gente sabe que varias casas de los alrededores, las mejores son de ellos. ¿La policía no lo sabe? Cautivas me llevó a ese lugar, ahora sé dónde vivo y también percibo el miedo de quienes moran cerca.

Teatro y entorno es el binomio que caracteriza a buena parte de la dramaturgia que surge en el norte de México y que a mí me impacta. Así, una de las líneas temáticas se centra en la presentación de los problemas que padece la población. Esto es lo que Víctor Hugo Rascón Banda retoma para plantear la experiencia de Laura Zapata. La historia se vuelve incluyente y por eso el público sale satisfecho del hecho escénico. En el Libro de comentarios que está en la salida, se observan felicitaciones, las cuales sobre todo subrayan la valentía de llevar a escena el tema. Ese público hará que otros acudan, pues en Cautivas se reúne la pertinencia del tema, la pericia de Víctor Hugo Rascón Banda, la entrega de Laura Zapata, la experiencia del director Enrique Pineda y del escenógrafo Arturo Nava, así como las excelentes actuaciones de: Verónica Lánger, Jaime Garza, Joaquín Cosío, Marco Bacuzzi y Guillermo Navarro. La obra conmueve por esa cercanía. Shakespeare y los personajes de su época nos siguen diciendo mucho, pero ¿quién hablará de lo que pasa en esta época? ¿Será esa una clave para resolver la falta de público en las salas?

*Rocío Galicia.

Centro Nacional de Investigación

Teatral “Rodolfo Usigli”

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